Montes

Monte Urgull

Un lugar lleno de historia entre el mar y la ciudad

El Monte Urgull se convirtió en el s.XII en fortaleza militar y sus murallas sufrieron ataques y asedios a lo largo de los años.
El Monte Urgull se encuentra en uno de los extremos de la Bahía de La Concha, custodiando la Parte Vieja. Es uno de los tres pulmones de la ciudad, un paraje natural que te envolverá en un halo de tranquilidad, con caminos asfaltados, rodeados de vegetación exótica y que esconden miradores con escenarios de postal sobre San Sebastián.
El acceso al monte Urgull está cerrado por las noches: del 1 de mayo al 30 de septiembre 08:00-21:00; del 1 de octubre al 30 de abril 08:00-19:30.

Testigo de la historia de San Sebastián

La abrupta historia militar de la ciudad sigue viva en el Monte Urgull. Su enclave y orografía, la convirtieron en el s.XII en fortaleza militar y sus murallas sufrieron ataques y asedios a lo largo de los años.
Pasear por el Monte Urgull te transportará a una época pasada. En el camino encontrarás las huellas que han dejado en la ciudad los diferentes avatares históricos. También descubrirás fortificaciones y parte de la muralla que un día abrazó Donostia/San Sebastián y que hoy es uno de los pocos testigos que queda de las batallas bélicas y los asedios que sufrió en el s.XIX. El Monte Urgull fue testigo en 1794 de la primera capitulación de la ciudad a manos de los franceses y presenció, impotente, el incendio lo que hoy es el casco antiguo que fruto de la batalla de las tropas galas con el ejército anglo-portugués destruyó la ciudad en 1813. Este hecho se sigue recordando cada 31 de Agosto en la calle del mismo nombre.
Atalaya sobre el mar y la ciudad, por las diferentes sendas que lo atraviesan podrás disfrutar de unas vistas únicas de la villa. Miradores que se esconden entre parajes arbolados que te permitirán observar Donostia/San Sebastián desde una perspectiva diferente. Un paseo que te llevará hasta la cima, donde aguardan tu llegada la impresionante estatua del Sagrado Corazón y las fortificaciones y cañones del Castillo de la Mota.
Repleto de miradores de San Sebastián con escenarios de postal
En las cuatro laderas del Monte Urgull te aguardan impacientes las mejores vistas al mar y la ciudad. La gran cantidad de miradores te permitiran disfrutar de una perspectiva única de la ciudad.
Desde ellos podrás disfrutar de la belleza de la Parte Vieja desde una perspectiva diferente. Otros te mostrarán la una de las panorámicas más fotografiadas de la ciudad con la Bahía de la Concha como escenario y el Monte Igeldo que se alza imponente de fondo.
Pero también hay miradores desde los cuales podrás disfrutar de la belleza del mar embravecido, con sus olas saltando por encima del Paseo Nuevo y dibujando un paisaje de película.

El Sagrado Corazón, guardián de la ciudad
El Sagrado Corazón, con sus más de 12 metros de altura, bendice la ciudad desde 1950 desde lo más alto del Monte Urgull.  La estatua descansa sobre una base que alberga una capilla y que lo convierten en un monumento de más de 24 metros de altura.
El Castillo de la Mota, construido en el siglo XII fue clave en la defensa de la villa con sus murallas y fortificaciones
La cima del Monte Urgull está coronada por el Castillo de la Mota. Construido en el siglo XII fue clave en la defensa de la villa. sus murallas y fortificaciones han sido testigos de la historia de la Donostia/San Sebastián.
Un lugar de leyendas: El Cementerio de los ingleses
En las faldas del Monte Urgull, junto al camino que nace en el Paseo Nuevo, encontrarás un lugar lleno de leyendas y con un halo de misterio: El Cementerio de los ingleses. Algunos cuentan que allí yacen los ingleses que murieron en la Primera Guerra Carlista.

Castillo de la Mota, baluarte defensivo de la ciudad

El Castillo de la Mota guarda en su interior la Casa de la Historia de Urgull, un pequeño museo que te mostrará a través de audiovisuales, maquetas, objetos y escenografías los rasgos que han definido a los donostiarras a lo largo de los más de 800 años de historia de la ciudad.

El mejor paseo por el Monte Urgull

En total son 4 los caminos que llevan desde la ciudad hasta la cima del Monte Urgull. Cada uno de ellos comienza en un punto diferente. El más antiguo lo encontramos junto a la Basílica de Santa María. También podemos comenzar el camino frente al Museo San Telmo, en la confluencia de las calles Mari y Virgen del Coro o en el Paseo Nuevo.
Cada uno de ellos esconde parajes naturales y miradores en los que disfrutarás de las estampas más bonitas de la ciudad. Pero si hay un paseo que deja entrever toda la historia que se esconde en las laderas de este monte es el que sube desde la plaza Zuloaga y baja hasta el Paseo Nuevo.
Este camino nace junto al Museo San Telmo y va ascendiendo a través de un sendero asfaltado de fácil acceso. Durante el paseo no dejes de disfrutar de los miradores que te irás encontrando por el camino. Cada uno de ellos te mostrará una panorámica diferente de la ciudad.
Una vez arriba, no tengas prisa. Disfruta del paisaje al amparo del monumento del Sagrado Corazón. Pasea entre las murallas y fortificaciones del Castillo de la Mota y viaja en el tiempo hasta 800 años atrás sumergiéndote en la Casa de la Historia.
Monte Urgull
El Museo San Telmo ofrece a través de esta aplicación un recorrido para conocer el patrimonio histórico y natural del Monte Urgull. Un enclave natural en pleno centro de San Sebastián, atalaya sobre el mar y la ciudad, testigo de su historia. Esta guía, que presenta la estructura de caminos y fortificaciones que han llegado hasta nuestros días, propone un recorrido de medio día para perderse en sus rincones.
Al bajar escoge la ruta que va a parar al Paseo Nuevo. Uno de los caminos con más vestigios de épocas pasadas.
En esta ladera de la montaña podrás visitar uno de los rincones con más historia del Monte Urgull: La Batería de la Damas. Se trata de una de las zonas militares, custodiada por cañones que perduran en el tiempo.
Precisamente, el nombre le viene de aquella época militar. Entonces existía una fuente en la parte inferior de este baluarte a la que acudían las mujeres de la ciudad en busca de agua. Para acceder a ella, no existía más que un camino que atravesaba esta batería, lo que hacía que se produjeran encuentros entre soldados y mujeres. En la parte superior de la Batería de las Damas se esconde una biblioteca abierta durante la Semana Santa y los meses de verano.
En días con la mar enfurecida, desde los miradores, podrás disfrutar del baile continuo de las olas que saltan por encima del espigón, formando una de las estampas más típicas de la ciudad.
Siguiendo por este camino y antes de llegar al Paseo Nuevo nos adentraremos en un lugar envuelto con un halo de misterio: el Cementerio de los Ingleses. Sus lápidas y monumentos esconden leyendas de todo tipo que dejan a la imaginación de cada uno el verdadero origen de este pequeño camposanto.
Y así, entre leyendas y pinceladas de historia llegarás a un paseo que bordea el Monte Urgull y que te acerca al mar. El Paseo Nuevo. Inaugurado en 1916, es conocido por la espectacularidad de las olas rompiendo. Así que, en los días de mar bravo, conviene pasear con un ojo mirando al mar ¡si no quieres llevarte un chapuzón!

Construcción vacía, Jorge Oteiza

No dejes de caminar por este paseo, porque en la parte más occidental, encontrarás una ventana que la ciudad abre al mar. Se trata de ‘Construcción vacía’. Una escultura creada por Jorge Oteiza, que se alza imponente y desafía al mar, jugando con las olas cada vez que estas saltan.
La obra, que fue premiada en la Bienal de Sao Paulo en 1957, es hoy día un referente en el mundo del arte contemporáneo. Lo que le convierte en un tesoro al alcance de todos.

El paseo continúa hasta llegar al Aquarium, el lugar donde yace el esqueleto de una ballena capturada en el mar cantábrico en 1871. Con más de un siglo de historia y remodelado en 2008, puede presumir de ser uno de los acuarios más modernos de Europa.
A pocos metros del Aquarium, encontrarás el Museo Naval en cuyo interior se esconde la historia y parte del patrimonio marítimo vasco.
Y así llegamos al pintoresco Puerto pesquero de Donostia/San Sebastián donde los barcos pesqueros típicos del País Vasco descansan antes de salir a navegar, donde el mar y la ciudad se funden en uno solo.